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La electrización es el fenómeno mediante el cual un cuerpo adquiere carga eléctrica al ganar o perder electrones. Existen tres formas principales de electrizar un cuerpo: frotamiento, inducción y contacto. En estos procesos, las cargas eléctricas pueden ganarse, perderse o reordenarse. Es importante destacar que la cantidad de electrones que un cuerpo pierde es igual a la cantidad de electrones que otro cuerpo gana.
El frotamiento, también llamado fricción, ocurre cuando dos cuerpos neutros se frotan entre sí. Como resultado, uno de ellos transfiere electrones al otro debido al efecto de la fricción. El cuerpo que recibe los electrones adquiere una carga negativa, mientras que el que los pierde queda con carga positiva.
En la electrización por contacto, un cuerpo cargado se pone en contacto con otro que tiene carga neutra. Como consecuencia, el cuerpo electrizado transfiere electrones al otro, provocando que ambos queden cargados.
Por último, la inducción ocurre a distancia, es decir, sin que haya contacto entre los cuerpos. Cuando un cuerpo electrizado se acerca a uno con carga neutra, provoca una redistribución de sus cargas eléctricas. Esto significa que las cargas negativas se desplazan hacia un extremo y las positivas hacia el otro, generando una fuerza de atracción entre ambos cuerpos. Cabe destacar que, en este caso, el número total de cargas del cuerpo neutro no cambia, solo se reorganizan.