El abuso sexual infantil (ASI) ocurre solamente cuando el niño/a se encuentra a solas con el agresor/a y raramente es compartido con alguien.
El secreto forma parte del pacto de silencio que el abusador necesita para poder continuar con esta conducta.
Esta situación por la que atraviesa la víctima, pasa por diferentes momentos: La iniciación, la intimidación, la estigmatización, el aislamiento, la vulnerabilidad y la culpa.
Ningún NNA está preparado/a ante la posibilidad de tener un acercamiento sexual con una persona adulta de su confianza. Estos son quienes deben cuidarlo y protegerlo, es por ello que generalmente confían en que nada malo le pueden hacer.
La única impresión coherente y significativa que percibe el niño/a de que lo que le está ocurriendo es algo peligroso y temible es el secreto que rodea al contacto. El secreto en el que todo transcurre le orienta a percibir que algo malo y peligroso está sucediendo.
El miedo y la culpa que se genera en la víctima que sufre el abuso hace que sea muy difícil el poder revelar este secreto. Por otra parte, el sentimiento de que quizás el adulto protector no logre protegerlo efectivamente y que el agresor cumpla con sus amenazas, hace más difícil aún el poder poner en palabras lo que está ocurriendo.