Retroalimentación
Es verdad que en la sociedad que vivimos, la economía impera sobre lo ecosistémico.
Muchas veces los intereses económicos son mayores o más visibles que los beneficios ecosistémicos inmediatos que nos pueda dar un humedal.
Pero aún así debemos tomar conciencia de su importancia.
Hoy en día, un terreno con un bañado tiene un precio en el mercado tal vez mayor que hace unos cuantos años.
Pero, ¿Cuál es el verdadero motivo de esa diferencia?
Claro está, que los terrenos con fluida de agua es una ventaja importante para los plantadores agrícolas. Muchas veces dejan de lado la biodiversidad que allí pueda existir, y centran su interés principal en el agua que puedan usar para el riego de su cosecha.
Aún así no se toman las debidas precauciones... Dicho recurso es una fuente poco renovable, y que en algún momento luego de su excesivo uso se podrá agotar. Y en este último caso nadie se verá beneficiado, sino que todo lo contrario.
Es difícil hoy en día plantearle a un productor razones por las cuales no debe explotar un humedal, pero sí se podrían exponer razones por las cuales es recomendable su uso racional y sustentable.
Las razones están más que comentadas en este recurso, centrándonos en la conservación de la biodiversidad en fauna, flora, paisaje, y en el beneficio de sus servicios ecosistémicos.