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Comunidad de Indagación

Origen y evolución de la metodología

El concepto de la “Comunidad de Indagación”, fue introducido por primera vez, en 1955, por Charles Peirce en el ámbito de la comunidad de científicos. El filósofo norteamericano John Dewey lo amplió al contexto educativo, y Matthew Lipman creó una metodología para ser aplicada en el aula. Anne Sharp colaboró con Lipman y le agregó a la metodología el componente emocional.

FilosofandoLas ideas iniciales de la “Comunidad de Indagación” remiten a un colectivo que se involucra en un proceso de investigación (empírico o conceptual) para buscar soluciones para los más diversos planteamientos. 

 

La propuesta para el aula consiste en trabajar con textos narrativos, que tienen como protagonistas a los/las niños/as y jóvenes que descubren cómo razonar más eficientemente y cómo transferir esos razonamientos a la vida diaria. Concretamente, plantearse preguntas filosóficas sobre el texto.

Por ejemplo, ¿los miedos son sociales? 

La legitimación del conocimiento derivado de la práctica del pensamiento crítico requiere acuerdos intersubjetivos entre quienes forman parte del proceso de investigación. 

Modzelewski cita a Sharp (2016:102) para señalar que

los temas puestos sobre la mesa en la Comunidad de Indagación, deben tomar la forma de un pensamiento cuidadoso que se expresa a través de actividades como la apreciación, la estimación, la valoración, la celebración, la evaluación; o la preocupación, el consuelo y el cuidado de o la empatía y simpatía con otros, es decir, la fusión de lo emocional y racional para el análisis crítico de un planteamiento. Sentimos, problematizamos, razonamos y consensuamos ideas o conocimiento de la mano de las emociones.

Pasos para su implementación en el aula

Para atravesar por los procesos antes mencionados, la metodología propone cuatro etapas:

  1. Proponer una actividad que permita a los participantes entrar en contexto o sensibilizarse previo a una instancia de reflexión,
  2. Lectura en voz alta de un relato seleccionado por el que lidera el encuentro o en colaboración de todos los presentes
  3. A partir de la lectura proponer a los participantes que formulen preguntas “filosóficas” para luego saturar todas las posibles respuestas  de forma dialógica
  4. Cerrar con una instancia de metacognición que permita recapitular los aprendizajes adquiridos.

Las experiencias que aquí presento parten del relato presentado a la comunidad de indagación y las preguntas “filosóficas” que surgieron de un tratamiento cuidadoso y reflexivo de la información compartida.

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)