Con el siguiente video puedes aprender más detalles sobre el funcionamiento del sistema circulatorio.
Transcripción del video
Imagina que te has subido a un glóbulo rojo para recorrer el corazón.
Tú y tu balsa de sangre fluyen hacia la aurícula derecha desde la vena cava superior o inferior, las venas más grandes del cuerpo.
Tras llegar a la aurícula derecha, tienes menos de medio segundo para admirar el paisaje antes de que la contracción de la aurícula te envíe al ventrículo derecho.
Para pasar de la aurícula derecha al ventrículo derecho, te habrás deslizado a través de la válvula tricúspide.
Las válvulas del corazón funcionan como puertas perfectamente sincronizadas y sólo permiten que la sangre se mueva en una dirección.
Después de pasar por el primer conjunto de compuertas, éstas se cierran de golpe detrás de ti y el ventrículo se contrae.
Esto hace que salgas disparado hacia arriba a través de la válvula pulmonar en la arteria pulmonar.
La arteria pulmonar envía la sangre hacia los pulmones, dividiéndola en muchos tubos más pequeños.
Al final, eres comprimido a través de los diminutos tubos de los alvéolos pulmonares.
Dentro de estos estrechos tubos de los pulmones, los glóbulos rojos se cargan de oxígeno y el dióxido de carbono sale de los vasos sanguíneos.
A continuación, tú y tus colegas oxigenados vuelven a fluir hacia el corazón a través de las venas pulmonares.
Una de las venas pulmonares desemboca en la aurícula izquierda.
Poco después de llegar a la aurícula izquierda, comienza de nuevo un proceso conocido, ya que la contracción de la aurícula te envía hacia abajo a través de la válvula mitral y hacia la última cámara, el ventrículo izquierdo.
A partir de aquí, te embarcarás en una aventura a través del cuerpo porque la siguiente contracción ventricular te enviará hacia arriba, a la aorta.
La aorta es un gran tubo que se ramifica en muchos otros más pequeños para distribuir la sangre recién oxigenada por todo el cuerpo.
Si decides continuar con el recorrido, puedes fluir hacia abajo hasta llegar a un dedo del pie antes de dar la vuelta para regresar al corazón en unos 30 segundos.