La publicidad excita los deseos, seduce al tonto, le crea necesidades, lo culpabiliza. La publicidad nos vampiriza, nos «ilumina» según técnicas ensayadas. Compra nuestros deseos al igual que se compran los votos en política".
(Olivero Toscani, 1995)
De esta manera describe María Acaso (2006) a la gran maquinaria que está detrás de las grandes empresas multinacionales dedicadas al mercado de consumo. Para esta escritora, tanto los que encargan la imagen como los que la crean son "terroristas visuales". Estos ni siquiera firman el producto visual para que nadie sepa quien es el verdadero autor. Apuntan a lo mas sensible de las personas que son sus miedos para lograr sus cometidos. Acaso (2006) clasifica esos "terrores visuales" en tres categorías:
LOS TERRORES DEL CUERPO | LOS TERRORES DE CLASE | LOS TERRORES CULTURALES |
Terror a ser viejo/vieja | Terror a no ir de marca | Terror a no ser blanco/a |
Terror a estar gordo/gorda | Terror a no tener una casa linda | Terror a ser negro/a |
Terror a no tener dientes perfectos | Terror a no poder ir de vacaciones | Terror a ser del tercer mundo |
Terror al pelo | Terror a no ir a un espectáculo | Terror a ser inmigrante |
Terror a estar pálido/pálida | Terror a no ser deportista | Terror a no ser occidental |
Terror a estar enfermo/enferma | Terror a no estar informado/a | Terror a ser musulmán |