Los alimentos pueden descomponerse por la acción de ciertos seres vivos, llamados descomponedores y comedores de detritos.
Los descomponedores son principalmente hongos y bacterias que se alimentan de la materia orgánica que forma los alimentos orgánicos que comúnmente consumimos: carnes, frutas, verduras, entre otros.
La pelusa oscura que vemos en los tomates o en el pan en descomposición está formada por hongos descomponedores realizando esa función.
Los descomponedores constituyen un eslabón fundamental en los ecosistemas:
Observa la organización de un ecosistema.