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Familias de inmigrantes

Vídeo interactivo

com/watch?v=dgRgSJ-g5QQ&t=162s

Cuando estas familias llegaron a Uruguay, dejando atrás su lugar de origen, traían valijas cargadas de conocimientos, ideas, proyectos y costumbres. Dejaban atrás las persecuciones políticas, la falta de oportunidades y de trabajo.

Veamos cómo era Uruguay al momento de recibir a las familias Vidiella y Harriague.

Transcripción del audio del video

En 1830 Uruguay tenía 74 mil habitantes, hoy somos más de 3 millones.

¿Qué pasó en estos casi 200 años?

Sobre todo llegó mucha gente, es cierto que en el siglo 19 las familias tenían más hijos y que los avances médicos provocaron un descenso en la tasa de mortalidad, pero un factor esencial para el crecimiento explosivo de la población fue la inmigración masiva.

Muchos llegaron sobre todo de Europa y otros muchos también llegaron de África como esclavos.

En 1860 ya éramos más de 200,000 de los cuales un 35% era extranjero y si pensamos en la capital de ese porcentaje trepaba hasta el 48%.Uno de cada 2 montevideanos era extranjero.

En ese momento Uruguay precisaba mano de obra y los inmigrantes eran la solución, entonces se pusieron en marcha planes para atraer trabajadores extranjeros mediante subsidios, repartos de tierra ,y promesas de trabajo.

Sin embargo en la mayoría de los casos, se trataba de un régimen clandestino de abuso. Por eso en 1865 se creó la Comisión de inmigración para fomentar y proteger a los extranjeros que llegaban al país.

En 1884 casi la mitad de los extranjeros en Uruguay eran italianos que escapaban de la guerra y la miseria, el 50% restante se componía esencialmente de españoles, franceses, ingleses y alemanes.

En el norte del país, la inmigración venía sobre todo de lana sin estudio poderosamente en las costumbres, la moneda y sobre todo en el lenguaje de la región no se habla oportuno.

Recibíamos a miles de inmigrantes por año pero no todos eran bienvenidos tanto el patriciado tradicional como las clases populares miraban con recelo la llegada de extranjeros, salvo que vinieran de un país rico como Inglaterra, Francia o Alemania,  en ese caso alfombra roja. Los demás serán considerados inmigración basura, oportunistas que sólo buscaban porque la mentalidad criolla era claramente conservadora, nacionalista, se oponía a cualquier cambio social y político y por ende pensaba que la llegada de extranjeros con sus costumbres eran un peligro.

Nos burlamos de los tanos, los gallegos, los gringos, y los negros, pero también ocultábamos la presencia de numerosos descendientes de poblaciones nativas; incluso se registraron golpes, persecuciones y asesinatos por motivos de xenofobia. No siempre fuimos hospitalarios.

La inmigración se frenó abruptamente en 1890. El censo de 1908 señalaba que sólo el 17 %de la población era extranjera pero los seguíamos culpando de todo. Tenían la culpa de la agitación obrera, tenían la culpa del desempleo, tenían la culpa de que la gente hablara mal. Los inmigrantes eran excelentes chivos expiatorios.

A pesar de tanta utilidad, los extranjeros fueron encontrando su lugar de hecho a comienzos del siglo XX. Además de conmemorar los feriados patrios celebramos también el Día de España, el Día de América, el Día de la Democracia, el Día de la Humanidad, el Día de Italia; con tal de no trabajar éramos todos extranjeros.

Luego de la Primera Guerra Mundial empezaron a llegar nuevos inmigrantes: armenios, rusos, árabes y judíos de Europa oriental.

Tanto exotismo le puso los pelos de punta amable, por eso en 1932 se aprobó una Ley de inmigración que prohibía el ingreso de extranjeros condenados por algún delito o expulsado de su país. Tampoco se permitió el ingreso de vagos, ebrios, ni tóxicos era el pretexto ideal para poner fin a una política de puertas abiertas.

La hostilidad hacia los extranjeros retribución la campaña anti migratoria liderada por los sectores más católicos y pro fascistas apuntó sus dardos especialmente hacia los curiosos. En 1938 un periódico antisemita llamado atención exigía el cierre inmediato de nuestras fronteras al alud judío que desde Europa no llega a amparado en la nobleza y la liberalidad del criollo a pesar de tanta animosidad una buena cantidad de extranjeros consolidó su posición social económica y comparado con los horrores de la guerra Uruguay era verdaderamente un paraíso de tranquilidad.

A partir de 1950 la inmigración se detuvo definitivamente y en poco tiempo este proceso se revirtió.

Nos convertimos entonces en un país de inmigrantes por motivos económicos y políticos, la represión estatal y la dictadura obligaron a miles a irse del país. Suecia, Francia, España, Italia, México, Cuba, y otros destinos recibieron a nuestros exiliados.

Se estima que unos 500 mil uruguayos viven fuera del país, casi un 15 %de la población lo que llevó al gobierno a crear el llamado DEPARTAMENTO NÚMERO 20, para atender los asuntos de los uruguayos.

Hoy en día podemos decir que Uruguay es una sociedad multinacional pero llegar a esto no fue nada fácil, es cierto somos un país de inmigrantes, pero irónicamente lo que más nos une a todos es la 'garra charrúa'

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