Jugar con una pelota
El ts'uh kúh pasó a Japón y seguramente haya sido el antecesor del juego medieval cortesano bautizado como kemari.
En este nuevo deporte, la habilidad sustituyó a la fuerza bruta que caracterizaba a los jugadores chinos. Tenía lugar en una superficie relativamente pequeña donde los actores debían pasarse el balón sin dejarlo caer al suelo y sin usar las manos.
Príncipes y cortesanos se reunían en un patio que hacía las veces de campo de juego -mari-no-niwa- para jugar con una pelota -el ma-ri- confeccionada con piel de cerdo o de ciervo.
Se trataba de un ejercicio ceremonial ya que antes de empezar, los jugadores deberían bendecir la pelota en un altar. Durante una ceremonia, se rezaba por la prosperidad y la paz mundial. Una vez hecho esto, comenzaba el juego.
Jugaban entre 8 y 6 personas al mismo tiempo, pero nadie ganaba ni perdía, sino que solo se disfrutaba del juego. Si bien exige cierta habilidad, no tiene ningún carácter competitivo como el juego chino, puesto que no hay lucha alguna por el balón.
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