No es un simple deporte
Así, podemos afirmar que, dado que se fomenta en ámbitos educativos, la práctica del fútbol fue iniciada como una actividad formativa, educativa.
Esto no sería una afirmación equivocada si consideramos que jugarlo implica ser parte de un equipo, de un colectivo que, para que funcione y, ne definitiva ganar, debe prevalecer el compañerismo, el sentimiento de solidaridad con "el otro".
En efecto, el deporte, bien entendido, trabaja los valores de los jugadores a la vez que les preparan técnica y tácticamente. Hay valores que les ayudarán a rendir más en el terreno de juego.
Durante un partido de fútbol, los jugadores deben tomar muchas decisiones. No sólo tácticas, sino también morales:
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- El jugador siente un ligero golpe del contrario y puede optar o no por simular una agresión.
- Puede acatar o protestar desmesuradamente una decisión errónea del árbitro.
- Tiene que decidir si vale la pena seguir presionando, ya que su equipo pierde por goleada y quedan dos minutos para que acabe el partido.
- Piensa si tira al arco o no.
- Toma decisiones en función de valores como la honestidad, el respeto al contrario o la importancia del esfuerzo.
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