Los primeros pasos
En este contexto, algunos centros educativos británicos se decidieron por el Rugby, mientras otros optaron por el fútbol. El fútbol se practicaba de forma bastante distinta a la moderna, la mayor diferencia refiere a que estaba permitido tocar la pelota con la mano.
A mediados del siglo XIX se dieron los primeros pasos para unificar todos los códigos del fútbol en uno y generar un reglamento único.
El primer intento fue en 1848, cuando en la Universidad de Cambridge, se hizo un llamado a miembros de otras escuelas para reglamentar un nuevo código, el Código Cambridge, también conocido como las Reglas de Cambridge.
Las reglas presentaban un importante parecido a las reglas del fútbol actual. Quizás el más importante de todos fue la limitación de las manos para tocar la pelota, pasando la responsabilidad de trasladar la misma a los pies.
El objetivo del juego era hacer pasar una pelota entre dos postes verticales y por debajo de una cinta que los unía, y el equipo que marcaba más goles era el ganador. Incluso se creó una regla de fuera de juego similar a la actual.
Algunas de esas reglas fueron:
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Luego, con el paso de los años se fueron agregando otras reglas y generando nuevos códigos, así, aparecieron características que aportaría al fútbol moderno:
el uso de un travesaño (poste horizontal) de material rígido, en lugar de la cinta que se usaba hasta el momento y la utilización de tiros libres, saques de esquina y saques de banda como métodos de reanudación del juego.
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