Aunque la mayoría de los cerdos son criados por su carne, a veces se utiliza su piel para obtener cuero suave y también sus pelos duros (llamados cerdas) para fabricar cepillos.
La historia del cerdo está ligada a la de la domesticación de animales más que ningún otro, ya que por sus características resultó ideal para cubrir las necesidades de proteínas y grasas de la dieta de la población. Su antecesor es el jabalí o cerdo salvaje.