Al mismo tiempo, las mujeres gustaban de resaltar sus pómulos coloreándolos en tonos rojos muy vivos, como símbolo de buena salud.
Para ello se aplicaban:
- tierras rojas,
- alheña
- cinabrio,
Aunque había alternativas más económicas, como el jugo de mora o los posos de vino.
Por otro lado, el carmín de labios, también en tonos rojos muy vivos, se lograba con:
- el ocre procedente de líquenes o de moluscos
- frutas podridas
- minio. Además,
Según Propercio, estaba muy difundida la moda de que las mujeres se marcasen las venas de las sienes en azul.
En este sentido, según el ideal de belleza romana, la mujer debía poseer grandes ojos y largas pestañas. Mediante un pequeño instrumento redondeado de marfil, vidrio, hueso o madera, que previamente se sumergía en aceite o en agua, se aplicaba el perfilador de ojos, que se obtenía con la galena, con el hollín o con el polvo de antimonio.
Para la sombra de ojos, generalmente negra o azul, eran imprescindibles la ceniza y la zurita.
Existía también una preferencia por las cejas unidas sobre la nariz, efecto que se lograba aplicando una mezcla de huevos de hormiga machacados con moscas secas, una mezcla que también se usaba como máscara para las pestañas.
Entonces, ¿cuál de las siguientes imágenes representaría a una mujer romana maquillada según los criterios antes señalados?
Basado en:
Pincelhadas Maquillaje, "Roma", s.l., 2013. disponible en internet en: http://blogdelmaquillaje.com/historia-del-maquillaje-iv/ Fecha de última visita: 2018.