Mascarillas
Por otra parte, las mujeres romanas no se conformaban con lograr una piel blanca; esta debía estar además impecable:
Libre de arrugas, pecas o manchas.
Como una estatua de mármol.
Tratamientos de belleza
Contra las manchas
Para eliminar las manchas de la piel, las mujeres solían colocarse mascarillas por la noche. Estas se realizaban con hinojo, mirra perfumada, pétalos de rosa, incienso, sal gema y jugo de cebada.
Contra las arrugas
Para contrarrestar las arrugas era muy común una mascarilla compuesta de arroz y harina de habas;también se recurría a la leche de burra, con la que había mujeres que se lavaban hasta siete veces al día.
Otro sorprendente remedio contra las arrugas era el astrágalo (hueso del pie) de una ternera blanca, hervido durante cuarenta días y cuarenta noches, hasta que se transformaba en gelatina y se aplicaba posteriormente con un paño.
Contra las pecas
Para tratar las pecas se recomendaba la aplicación de cenizas de caracoles.
Contra las asperezas
Para alisar la piel era muy común una mascarilla a base de nabo silvestre y harina de yero, cebada, trigo y altramuz.
Contra todo
Asimismo existían mascarillas faciales para anular el acné, las ulceraciones oculares y las heridas labiales.