Las famosísimas notas post-it surgieron tras un olvido de un operario, que no añadió un componente de un pegamento en una fábrica.
Toda la partida de pegamento se apartó y guardó, pues era demasiado valioso como para tirarlo aunque apenas tenía poder adhesivo.
Uno de los ingenieros de la empresa, católico devoto, estaba harto de meter papelitos en su libro de salmos para marcar las canciones cuando iba a la iglesia. Los papelitos no hacían más que caerse. Pensó que sería ideal tener hojas con un poco de pegamento que no fuera demasiado fuerte y que resistiera ser pegado y despegado muchas veces.
La vieja partida de pegamento malogrado acudió a su mente.
Habían nacido las notas post-it.