El apoyo en teorías que no eran ciertas, el uso de material inadecuado, incorrecciones en el método o, sencillamente, predicciones desacertadas han sido el paradójico punto de partida de innumerables avances científicos.
“Pero no se equivoquen, en el caso de la observación la suerte sólo favorece a los espíritus preparados”, afirmó Louis Pasteur.