Las variaciones lingüísticas o modalidades lingüísticas hacen referencia a la diversidad de usos de una misma lengua según la situación comunicativa.
Este contexto puede ser geográfico, sociocultural, funcional o histórico y, dependiendo de ella, podemos terminar usando una variante lingüística u otra.
Es decir, estas son las transformaciones que sufre una lengua según las condiciones particulares de cada individuo.

Estas variaciones no son pequeñas.
Se reflejan en aspectos como el vocabulario que usamos a diario, la entonación que adoptamos, cómo pronunciamos las palabras y hasta incluso en elementos más profundos de la lengua.
Lo más interesante es que estas variaciones suelen notarse principalmente en la oralidad, mientras que la escritura tiende a ser más uniforme.
Pero,
¿Por qué son importantes las variedades lingüísticas?
Son un reflejo de la identidad cultural de cada comunidad, mostrando cómo las personas se identifican y se expresan según su entorno y tradiciones.
Además, son clave para una comunicación eficaz, permitiéndonos adaptarnos a distintos contextos, ya sea una situación formal, un ambiente cotidiano, o un diálogo entre diferentes grupos sociales.