En la cata de vinos o degustación no solo se utiliza el sentido del gusto, sino también el olfato y la vista. El lugar ideal para hacerlo debe ser aireado, libre de olores y a temperatura media. Las copas deben ser transparentes e incoloras, para apreciar su color y brillo.
Para catar un vino...
el primer paso es la vista. A través de ella se aprecia su aspecto y color.
El segundo paso es el olfato y a través de él se aprende a identificar si los aromas son intensos y de calidad.
Al oler el vino se descubren muchas más cosas que al probarlo. Por ejemplo, se puede determinar con qué variedad de uva se elaboró, si un vino es joven o tardío y cuánto tiempo de añejado tiene.
El tercer paso es el gusto. Se degusta del vino para hallar los sabores y poder establecer si existe armonía entre ellos, y para determinar cuánto es la duración del gusto al saborearlo.