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Antecedentes

Los primeros años del siglo XX ocultaban, bajo los brillos y el crecimiento económico de la "Belle époque", profundas rivalidades entres las potencias europeas.

Transcripción

La Primera Guerra Mundial comienza el 28 de julio de 1914. El conflicto termina cuatro años después, el 11 de noviembre de 1918, con la victoria de la Triple Entente.

¿Pero cómo se llega a tal enfrentamiento? Para entender el origen de este conflicto internacional tenemos que ahondar en sus causas económicas imperialismo, nacionalismo, alianzas militares y producción de armamento. El desarrollo de la segunda revolución industrial producida a finales del siglo 19 y principios del 20 cambió el panorama económico mundial. La aparición de nuevos sectores productivos, el uso de nuevas fuentes de energía o la creciente globalización económica permitieron el surgimiento de nuevas potencias industriales. Estos países competían con las potencias ya existentes. Gran Bretaña, Alemania y Francia. A principios del siglo 20. Gran Bretaña y Francia eran los países que más colonias poseían. Alemania se convierte en una gran potencia económica, pero su poder imperialista era mucho menor. Por lo que pretende conquistar nuevos países. Francia y Gran Bretaña intentan impedir esta estrategia. El nacimiento de nuevas potencias mundiales como Estados Unidos y Japón, complica la situación internacional, ya que estos países tienen sus propios planes de colonización.

Entre 1904 y 1911 se produjeron dos incidentes importantes que influyeron en el comienzo de la Gran Guerra. Nos referimos a las crisis de Marruecos, país en el que Francia tiene pretensiones coloniales y que Alemania usó para conseguir sus aspiraciones imperialistas. Durante el siglo 19 y principios del 20 se produjeron importantes cambios en el mapa político internacional propiciados por ideologías nacionalistas y llevados a cabo con carácter bélico. En ellos intervinieron otros países con intereses en tales regiones. En el siglo xix, gracias a la reunificación de territorios, surgieron estados como Italia y Alemania. Otros se agregaban como el Imperio Otomano y otros estados luchaban por recuperar regiones que les habían pertenecido. Esta compleja situación se vio agravada por el afán colonialista de las grandes potencias mundiales, lo que provocó alianzas militares y una gran urgencia en la producción de armamento. A finales del siglo 19. Alemania es quien tiene la superioridad dentro de Europa. Bismarck, su canciller, pone en práctica una política de aislamiento a Francia. Su sucesor, Guillermo Segundo, radicalizó esta política intentando rivalizar también con Gran Bretaña.

Esta situación tensó aún más las relaciones entre las potencias mundiales. Propició las alianzas político militares. Las más importantes y rivales en la contienda fueron la Triple Alianza y la Triple Entente. La Triple Alianza fue promovida por Bismarck y se creó en 1882. La formaban Alemania, el imperio austro húngaro e Italia. Al empezar la guerra se unieron otros países, como fue el caso de Turquía y Bulgaria, y tal le acabó adhiriéndose al bando contrario por no cumplir los compromisos pactados, declarándose neutral al principio de la contienda. La Triple Entente se creó en 1907 y la formaban Gran Bretaña, Francia y Rusia. Más tarde se unió Serbia. Durante la guerra se incorporaron países como Japón, Bélgica, Italia, Rumanía, Portugal, Estados Unidos, Grecia o China. El 28 de julio de 1914, Austria declara la guerra a Serbia, lo que provoca la intervención de sus aliados en el conflicto. El ambiente de tensión que respira las relaciones internacionales provoca que los Estados aumentase sus gastos militares y su producción armamentística, aprovechándose de las innovaciones tecnológicas de la segunda Revolución industrial.

A esta época se la denomina como la paz armada. Se trata de un periodo en el que no hay conflicto bélico, pero en el que los países se preparan para uno.