Alemania, que había llegado tarde al reparto de tierras en el proceso al cual se denominó Imperialismo, rivalizaba con Inglaterra, que en ese entonces era la gran potencia comercial y colonial.
Por otra parte, las rivalidades más importantes en referencia a las posesiones coloniales enfrentaban a Rusia con Japón por el noroeste del Pacífico, mientras que Austria rivalizaba con Rusia por los Balcanes.
Todas estas fricciones, que en mayor o menor medida, se solucionaban con diplomacia, hicieron que la primera década del siglo XX fuera llamada "la época de la paz armada".
Por otra parte el naciente sentimiento nacionalista que se venía gestando en la grandes potencias, principalmente en las recientemente unificadas naciones de Italia y Alemania, alimentaron la idea de que también ellos tenían derecho a tener una porción sustancial del mundo. De hecho, cuando se desató el conflicto bélico, muchas personas salieron a festejar en las calles alemanas.
Todas estas tensiones crearon un ambiente belicista que obligó a las potencias a buscar alianzas e incrementar sus ejércitos con el fin de protegerse.
Retrato de soldados alemanes en un vagón de mercancías, 1 de agosto de 1914 .
Las inscripciones presentes en el vagón («de viaje a París») revelan sus expectativas de una rápida victoria