La casa nos habla
Recorriendo los espacios de la casa, podemos identificar algunos aspectos de esta familia y su vida.
Es decir, se destacan, en el diseño de la arquitectura, los gustos europeos, la satisfacción de tomar detalles de esa parte del mundo tan admirada y aplicarla a la vida de Uruguay; entonces, podemos hablar de una europeización de las costumbres. La fuente, los azulejos, los pequeños balcones... la forma toda de la casa nos evidencia esto. |
Se destaca claremente, más allá del camino que recorría el país hacia la laicidad estatal, un fuerte sentimiento religioso, expresado en las constantes pinturas, relives, estatuillas y frescos que adornan las paredes. Podemos encontrar, incluso, una pequeña capilla. |
El tamaño de la casa nos habla de una familia grande, en crecimiento constante. Confirmado con el dato de los 14 hijos de Juan. |
La sala de la casa, orgullo del propietario, lugar de recepción y demostración del poder económico y del gusto artístico del dueños. Alfombras, espejos, hermosos muebles importados, todo se concentra allí, donde se reciben las visitas.
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La torre nos habla de la presencia de un artista: una persona que quiere ver más allá de lo que comúnmente y en condiciones regulares, sus ojos pueden ver. Levantada en medio de un paisaje que, en la época, era chato y salvaje, donde lo que predominaba era el verde de la naturaleza y el azul del mar, un paisaje que seguramente eligió por resultarle inspirador y tranquilizante |