En 1877, al pintar el cuadro que representa el Juramento de los Treinta y Tres Orientales, Blanes declara:
..."No puedo deducir que el artista sea capaz de separarse libremente de la sociedad que lo estimula y alimenta para servir con el arte fantasías que entretienen y dan placer, en lugar de hacer idealizaciones de nosotros mismos y manifestaciones que robustezcan la justicia, la verdadera ciencia y nuestro progreso".
Este cuadro consagra el desembarco de Lavalleja y sus hombres el 19 de abril de 1825, como inicio de la resistencia contra la ocupación de la Banda Oriental por parte del Imperio del Brasil.
Blanes elige un episodio posterior a la gesta artiguista, un episodio que, según su entender, marcaba el día en que "la independencia nacional puso su pie con firmeza en esta tierra".
Quizás Blanes haya actuado aconsejado, entre otros, por su amigo Domingo Ordoñana, presidente de la Asociación Rural, quien no ocultaba sus reparos hacia la gestión agraria de Artigas.
El pintor viajó a la estancia Casablanca, propiedad de Ordoñana, en cuyas playas se encontraba el lugar del desembarco de 1825. Realizó dibujos y juntó arena del lugar en su afán por documentar todos los detalles del suceso. Buscó datos en la memoria de testigos, estudió por referencias la fisonomía de los protagonistas, hizo un análisis minucioso de los tipos de armas, equipos e indumentaria.
Exhibido en el propio taller del artista en enero de 1878 (algo más de un año después de que hubiera comenzado decididamente los trabajos), este cuadro constituyó un hecho visual y comunicacional de enorme impacto público; siendo visitado durante un mes por varios miles de personas que se sintieron transportadas al escenario del desembarco.