Las niñas, los niños y los adolescentes tienen derecho a vivir en familia.
La falta de recursos no puede considerarse motivo suficiente para separarlos de su familia de origen o de los familiares con los que conviven, ni causa de la pérdida de la patria potestad.
No puede separarse de las personas que ejercen la patria potestad ni de sus tutores.
Si su familia está separada, tendrá derecho a vivir o mantener relaciones personales y contacto directo con los miembros de su familia de forma regular.
Tiene derecho a vivir con los miembros de su familia cuando estén privados de libertad.