En estos espacios se trabaja con escrituras que reúnen todas las condiciones para ser textos completos y complejos.

Sin embargo, -como se explicitó- su extensión no puede sobrepasar los dos párrafos.  Esto le permite al docente realizar la corrección de estas escrituras, atendiendo a todos los aspectos.

Además se le facilita el poder visualizar las inadecuaciones más comunes, abordando aquella que se repite en varias participaciones y así trabajarla en forma secuenciada y sistematizada, planteando dos o tres actividades cortas, utilizando el espacio "temas de discusión". 

Cabe destacar además que -si nosotros lo configuramos así- todos los miembros del grupo pueden visualizar las intervenciones que realiza el docente a una participación determinada y así aprender,  a partir del error constructivo.

Concluyendo,  este formato comunicativo permite,   al alumno producir textos auténticos y funcionales  y al docente enseñar a escribir, aportando información y propiciando la reflexión sobre la lengua "in situ", recordando siempre que  se aprende a escribir, escribiendo.