A la basura

El mundo produce unos 10.000 millones de toneladas anuales de residuos y no se recoge ni se somete a tratamiento ni la mitad de ellos, según estimaciones de expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La falta de datos fiables es uno de los mayores problemas para decidir el tipo de tratamiento, admiten los mismos especialistas.

Pese a ello, se registra una tendencia mundial, tanto en los países pobres como en los desarrollados, de disminución de desechos biodegradables y el aumento de residuos plásticos, eléctricos y electrónicos.

Según datos de la entidad, por cada tonelada de residuos generados en los procesos de uso y consumo, previamente se han producido cinco toneladas de desperdicios en su fabricación y veinte toneladas de desechos en la extracción de las materias primas.

El detergente que vamos a usar ya ha generado basuras antes de abrirlo, explican los expertos.

En India, uno de los países más poblados del planeta, se recicla sólo entre un 10 y 15% de las basuras y en algunos vertederos de Nueva Delhi residen familias enteras, que viven de separar materiales reciclables de entre la inmundicia.

El volumen de la basura está aumentado notablemente en los países en vía de desarrollo por la urbanización, el crecimiento de la población y el consumismo, y por la falta de tratamiento adecuado.

 

El aumento de los residuos tiene graves repercusiones en el medio ambiente, la salud pública y las condiciones de vida.

Resulta casi una utopía para muchos, pero en países como Alemania y Suiza se ha logrado el "Modelo Residuo Cero", que consiste en reducir completamente las basuras.

Para ello es clave la recogida selectiva de materia orgánica y su aprovechamiento, así como la obligación de los fabricantes de gestionar los residuos que generen desde antes del proceso de producción hasta después de su consumo.

 

Pero, este cambio comienza en cada uno, en la decisión sobre qué hacer con la basura propia o, más importante, qué basura generar.