El Día más feliz del año
Yellow Day, el día más feliz del año
Mientras que el famoso Blue Monday (en enero) es considerado el día más triste del año, el Yellow Day —celebrado el 20 de junio— es todo lo contrario: es conocido como el día más feliz del año. Pero, ¿por qué justo ese día?
La idea del Yellow Day surge de un cruce entre ciencia, psicología y clima. Según algunos estudios y fórmulas propuestas por psicólogos y meteorólogos, alrededor del 20 de junio se combinan varios factores que suelen mejorar el estado de ánimo de las personas:
- los días son más largos y luminosos,
las temperaturas son agradables, - se acercan las vacaciones de invierno (o de verano, en el hemisferio norte),
- hay más tiempo de ocio y actividades al aire libre,
- y se da una mayor interacción social.
- Por supuesto que esos aspecto refieren al hemisferio norte, donde, en estas fechas, están recibiendo al verano, mientras que en el sur, al invierno... pero... nosotros (los del sur) no necesitamos de esos detalles para ser felices... es más; para nosotros todos los días son los más felices.
El color amarillo, asociado al sol, la luz y la energía, fue elegido como símbolo del optimismo y la alegría. Por eso, muchas personas usan prendas amarillas, comparten mensajes positivos o simplemente se toman un momento para agradecer y enfocarse en lo que las hace felices.
Estas son actitudes que deberíamos tomar todos los días... ¿no te parece?
En un mundo donde las noticias difíciles a veces nos abruman, este día nos invita a buscar el lado luminoso de las cosas. Ya sea con una canción, un abrazo, un paseo o simplemente respirando profundo, el Yellow Day nos recuerda que la felicidad también se entrena.
En este contexto, te compartimos una serie de recursos que abordan el trabajo con las emociones desde distintas perspectivas: desde la filosofía y el reconocimiento emocional, hasta el desarrollo de habilidades para construir una autonomía emocional. También se incluyen propuestas sobre las llamadas "emociones políticas", aquellas que influyen en nuestra forma de convivir, participar y transformar la realidad.
Expresar las emociones positivas es fundamental, aunque muchas veces lo olvidamos. Ejercitar la empatía —ponerse en el lugar del otro—, reconocer nuestras emociones y comprender las ajenas, fortalece los vínculos y enriquece la vida en comunidad.
Además, cultivar el pensamiento crítico nos permite razonar con claridad, tomar decisiones informadas y resolver problemas complejos en un mundo que cambia constantemente. Aprender a pensar, sentir y actuar de forma consciente y respetuosa es clave para construir bienestar individual y colectivo.
La comunidad de indagación y las redes sociales
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Si bien la autora incluye en la definición evidentes diversos aspectos - entre ellos la nación, sus instituciones, y su geografía - como objetos de estas emociones, este trabajo se concentra en aquell...
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Educación Ciudadana
