¿Qué es la Usabilidad?
Mucho se recuerda cómo hace años, cuando en los hogares comenzaban a hacerse presentes las primeras computadoras personales y en los entornos laborales la automatización de procesos era la novedad, se incorporó un nuevo término al vocabulario: “amigable”.
Este se utilizaba para referirse a aquellas aplicaciones y software en las que su uso, al menos, no terminaba provocándonos un dolor de cabeza o un estado de interminable frustración.
Este término fue progresivamente mutando hacia otro, usabilidad, un anglicismo (usability) que se refiere a la facilidad de uso de las aplicaciones, herramientas o productos interactivos. Este cambio terminológico no obedecía a una moda, sino a la intención de definir, delimitar y clarificar uno de los atributos de calidad de los productos interactivos que mayor impacto tienen en la satisfacción del usuario y la aceptación social del “producto”.
Entonces, ¿qué es la usabilidad?
Fundamentalmente, la usabilidad se refiere a la facilidad de uso, de cómo el diseño de un producto cualquiera facilita o dificulta su utilización.
La Organización Internacional de Normalización (ISO) 9241-11 la define como la medida en la cual un producto puede ser utilizado por determinados usuarios para conseguir objetivos específicos con efectividad, eficiencia y satisfacción, en un contexto de uso determinado.
Si hablamos de usabilidad aplicada al entorno web, se entiende como un atributo de calidad que evalúa la facilidad de uso de las interfaces de usuario. También se refiere a los métodos que podemos aplicar para mejorar esta facilidad de uso durante el proceso de diseño.
Se define la usabilidad a partir de cinco elementos:
• Facilidad de aprendizaje: hasta qué punto es fácil para los usuarios realizar las tareas básicas cuando se enfrentan por primera vez a un diseño.
• Eficiencia: una vez que los usuarios ya han aprendido el diseño, con qué rapidez realizan las tareas.
• Facilidad para ser recordado: cuando los usuarios han dejado durante un tiempo de interactuar con ese diseño, cuánto les cuesta recordar cómo se utilizaba.
• Errores: cuántos errores cometen los usuarios al enfrentarse con el diseño, los pueden solventar fácilmente.
• Satisfacción: ¿es agradable utilizar el diseño?, ¿son fácilmente localizables los elementos en él?, ¿ayuda o dificulta la realización de las tareas?, ¿volverían los usuarios a utilizar de nuevo ese diseño?